Ambrogio Locati, Garaje en Ferrara, 1967
Fred Scott, On Altering
Architecture, p. 173, 2008
En España son numerosos
los edificios, tanto públicos como privados, que se encuentran vacíos o sin uso.
Son lugares de recuerdos parar sus habitantes, memoria individual y colectiva,
que en ocasiones nos pueden incluso hablar de la evolución de la sociedad y del
lugar en el que fueron ubicados. Han formado parte del paisaje acumulando
imágenes, recuerdos,… por ello, debemos tratar de retener estos edificios,
realizados en otro tiempo, bajo unas circunstancias concretas, rescatándolos de
la destrucción o de la conservación estática, con el fin de habitarlos y
disfrutarlos, impulsando de este modo la vivienda y las actividades compatibles
que los mantengan en valor. Se trata en cierto modo de descontextualizar estos
edificios, creados por el hombre para ser ocupados de una determinada manera,
manteniendo sus cualidades aunque desplazando su significado por la imposición
de los nuevos tiempos. Se transforman acabando con la relación entre forma y
función para la que fueron pensados añadiendo un nuevo factor, el momento.
El reciclaje de
espacios es una forma particular de actuar frente a estos vacíos urbanos. Es el
diseño de espacios que han perdido su función original, y en los que debemos de
buscar su espíritu con el fin de aportarles un destino nuevo, que incorpore el
valor del tiempo pasado a la vez que se introducen nuevos aspectos desde el
presente. En definitiva, tomar un espacio obsoleto e intervenir en él como si
fuera un ser que está a la espera de ser revelado.
Poco a poco el uso y el
reciclaje de edificios va adquiriendo un mayor protagonismo, por un valor
singular o por su carga histórica, aunque hay que darse cuenta de que el
patrimonio no se refiere únicamente a realidades materiales, sino que existen
otros factores intangibles ligados a estas construcciones que también han de
ser conservados; el patrimonio etnológico.
Esta adaptación “abre
las puertas a tipologías arquitectónicas híbridas y procesos económicos y
sociales de muy fácil implementación, que en muchas ocasiones se convierten en
revulsivos y activadores de la rehabilitación de los barrios donde están
situados. Todo ello sin la necesidad de un mayor consumo territorial”1. Recuperar
la calle y los espacios públicos como lugares de convivencia y reunión, como
con la apertura de espacios y solares abandonados desde la participación
ciudadana.
1 Cirugeda, S. Reusando la ciudad,ocupando esqueletos urbanos, creando redes. En De Arquitectura, nº 24, 2011