lunes, 30 de marzo de 2015

Eutropia. Italo Calvino


Santuario Ise, Japón

"Al entrar en el territorio que tiene a Eutropia por capital, el viajero ve no una ciudad sino muchas, de igual tamaño y no disímiles entre sí, desparramadas en un vasto y ondulado altiplano. Eutropia es no una sino todas esas ciudades al mismo tiempo; una sola está habitada, las otras vacías; y esto ocurre por turno. Diré ahora cómo. El día en que los habitantes de Eutropia se sienten asaltados por el cansancio, y nadie soporta más su trabajo, sus padres, su casa y su calle, las deudas, la gente a la que hay que saludar o que saluda, entonces toda la ciudadanía decide trasladarse a la ciudad vecino que está allí esperándolos, vacía y como nueva, donde cada uno tomará otro trabajo, otra mujer, verá otro paisaje al abrir las ventanas, pasará noches en otros pasatiempos, amistades, maledicencias. Así sus vidas se renuevan de mudanza en mudanza, entre ciudades que por la exposición o el declive o los cursos de agua o los vientos, se presentan cada una con ciertas diferencias de las otras. Como sus respectivas sociedades están ordenadas sin grandes diversidades de riqueza o de autoridad, el paso de una función a la otra ocurre casi sin sacudidas; la variedad está asegurada por los múltiples trabajos, de modo que en el espacio de una vida, rara vez vuelve uno a un oficio que ya ha sido el suyo. Así, la ciudad repite su vida siempre igual, desplazándose para arriba y para abajo en su tablero de ajedrez vacío. Los habitantes vuelven a recitar las mismas escenas con actores cambiados; repiten las mismas réplicas con acentos diversamente combinados; abren bocas alternadas en bostezos iguales. Sola entre todas las ciudades del Imperio, Eutropia permanece idéntica a sí misma. Mercurio, dios de los volubles, patrón de la ciudad, cumplió este ambiguo milagro."

Italo Calvino, Las ciudades invisibles, 1972

lunes, 23 de marzo de 2015

El peinado de Leda

Leonardo Da Vinci, Bocetos del peinado de Leda, 1506

En todas las artes como la Pintura, la Escultura, la Literatura y la Danza se puede hacer una representación particular de un mismo concepto destinada a ser contemplada de manera estática o direccional (Maderuelo 2008, p. 29), pero en ocasiones han aparecido ejemplos que han tratado de ir más allá y ofrecer algo más a esa lectura plana. En el cuadro de "Leda y el cisne", Da Vinci nos muestra en sus estudios, a través de bocetos, el peinado de Leda en la parte oculta de su cabeza con el fin de saber cómo se vería de manera frontal su cabello. 

El trabajo de Leonardo trasciende a la representación plana y entiende la componente espacial de la figura necesitando de su estudio completo, incluidas las partes no visibles. Leonardo se contó a sí mismo cómo era lo que no veía de la cabeza de Leda para poder contarnos lo que sí vemos. 

Extracto de la comunicación: Montero Fernández, F. y Vázquez Junquera, C. Los Espacios del Movimiento. Elementos para una Arquitectura Indeterminada. Comunicación en Jornada. V Jornadas Internacionales sobre Investigación en Arquitectura y Urbanismo. Las Palmas de Gran Canaria. 2013

lunes, 16 de marzo de 2015

Mil Mesetas. Deleuze y Guattari

Alexey Titarenko, City of Shadows, 1990

"Franny cuenta un sueño: ‘Hay un desierto. Pero tampoco tendría sentido decir que estoy en el desierto. Es una visión panorámica del desierto, ese desierto no es trágico ni está deshabitado, sólo es desierto por su color ocre y su luz, ardiente y sin sombra. En él hay una multitud bulliciosa, enjambre de abejas, melé de futbolistas o grupo de tuaregs. Yo estoy en el borde de esa multitud, en la periferia; pero pertenezco a ella, estoy unida mediante una extremidad de mi cuerpo, una mano o un pie. Sé que esta periferia es el único lugar posible para mí, moriría si me dejara arrastrar al centro de la melé, pero seguramente me sucedería lo mismo si la abandonara. Mi posición no es fácil de conservar, incluso diría que es muy difícil de mantener, porque esos seres se mueven sin parar, sus movimientos son imprevisibles y no responden a ningún ritmo. Unas veces se arremolinan, otras van hacia el norte y luego, bruscamente, hacia el este, sin que ninguno de los individuos que componen la multitud mantengan la misma posición con relación a los demás. Así pues, también yo estoy en perpetuo movimiento, y eso exige una gran tensión, pero a la vez me proporciona un sentimiento de felicidad violento, casi vertiginoso.’"
Deleuze, G. y Guattari, F., Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia, 1980

lunes, 9 de marzo de 2015

Relación Cuerpo-Espacio

Martin Munkacsi, Frida Kahlo en el puente de unión de los dos volúmenes de la Casa-Estudio diseñada por Juan O’Gorman, México, 1934


La necesidad del movimiento para percibir el espacio en Arquitectura es una obviedad. Desde diversas fuentes hemos aprendido que al movernos comprendemos y valoramos el lugar en el que nos encontramos, de ahí que se preste especial atención a la hora de proyectar una secuencia de espacios, a sus ritmos, a las conexiones, a cómo cruzamos, traspasamos o intercambiamos los espacios que ocupamos y a cómo controlamos los recursos capaces de influir en la percepción y la manera de relacionarnos con el lugar en el que podemos encontrarnos. Rudolf von Laban pionero en el estudio de la relación cuerpo-espacio, sostenía que ‘el movimiento es, por así decirlo, arquitectura viva, se crea con el movimiento humano y se compone de caminos que dibujan formas en el espacio. Estas formas las podemos llamar forma-trazo.’ (Laban, 1966, p. 5)1 Desde este punto de vista la arquitectura se convierte en una coreografía que, a base de movimientos y trazados, consigue generar una serie de recorridos capaces de transmitir sensaciones al espectador y por ende generar la forma de los espacios y objetos proyectados. La idea de promenade de Le Corbusier no deja de ser un proceso coreográfico a partir de una secuencia de espacios que al recorrerse transmiten ese carácter dinámico a la arquitectura y por la cual nos movemos como un bailarín danza por el escenario en una representación.

Extracto de la comunicación: Montero Fernández, F. y Vázquez Junquera, C. Espacios del movimiento. Elementos para una arquitectura indeterminada. En V Jornadas Internacionales sobre investigación en Arquitectura y Urbanismo, Las Palmas de Gran Canaria, 2013

lunes, 2 de marzo de 2015

Confianza y temor en la ciudad. Zygmunt Bauman

Palle Nielsen, playground in Stengade 52, 1968


"La arquitectura del miedo y la intimidación se extiende por los espacios públicos de las ciudades transformándolos, incansable aunque furtivamente, en zonas vigiladas y controladas a todas horas. Lo malo es que, además de la inseguridad, es posible que también desaparezcan de las calles las principales atracciones de la vida urbana, como la espontaneidad, la flexibilidad, la capacidad para sorprender y ofrecer aventura. El sustituto de la inseguridad no es entonces el éxtasis de la calma, sino la maldición del aburrimiento." 
Zygmunt Bauman, Confianza y temor en la ciudad, 2006